Los beneficios de aprender por ti mismo son inmensos, te ayudará para organizar tu vida personal y laboral,
para mejorar tus oportunidades de aprendizaje, y una autorregulación del mismo, sin embargo, tienes que recordar
que la práctica hace al maestro, por lo que es necesario actuar para cimentar tus conocimientos.
Cuando se ha aprendido a aprender, es porque se ha logrado:
Valorar la capacidad de respuesta, encontrar la manera de planificar tareas y actuar en congruencia hacia las exigencias
de las mismas, poner en práctica las estrategias de estudio más óptimas, has logrado controlar tu propio
proceso de aprendizaje, como lo muestra el mapa siguiente:
Se dice que un estudiante es autónomo, cuando tiene la capacidad de proponerse objetivos, teniendo conciencia de las estrategias que se pueden utilizar, de acuerdo al medio en que se desenvuelve.
La autonomía en el estudiante es necesaria para llevar una vida laboral y personal organizada y productiva, para ello es pertinente tomar un momento para registrar las acciones que pueden ayudar a mejorar tu independencia para el estudio.
Los alumnos que obtienen óptimos resultados son aquellos que han aprendido a ser autónomos, independientes, reguladores y reflexivos, realiza un breve repaso de lo que se necesita para llegar a serlo.
Es momento de realizar un rompecabezas, identifica y une las piezas correctamente con su concepto.
Para poder integrar la información que se aprende, se requiere de actuar en consecuencia de los aciertos y errores durante el proceso y esto se logrará con la conciencia de las características ya mencionadas.