1.3 Pricipales Estándares

Metadatos

Un estándar es un conjunto de reglas normalizadas que describen los requisitos que deben ser cumplidos por un producto, proceso o servicio, con el objetivo de establecer un mecanismo base para permitir que distintos elementos hardware o software que lo utilicen, sean compatibles entre sí.

El W3C, organización independiente y neutral, desarrolla estándares relacionados con la Web también conocidos como Recomendaciones, que sirven como referencia para construir una Web accesible, interoperable y eficiente, en la que se puedan desarrollar aplicaciones cada vez más robustas.

En la creación de las Recomendaciones del W3C participan sus Miembros (más de 400 organizaciones, distribuidas a lo largo de todo el mundo y de diversos ámbitos: grandes empresas de hardware o software, centros investigadores, universidades, administraciones públicas, etc.), el Equipo del W3C, expertos invitados, y cualquier usuario de la Web que quiera mostrar su opinión. Todos ellos trabajan conjuntamente a través de un proceso basado en el consenso, la neutralidad y la transparencia de la información.

El resultado: más de 110 tecnologías desde 1996.

Algunos de los estándares Web más conocidos y ampliamente utilizados son: HTML (HyperText Markup Language), para definir la estructura de los documentos; XML (eXtensible Markup Language), que sirve de base para un gran número de tecnologías; y CSS (Cascading Style Sheets), que permite asignar estilos para la representación de los documentos.

USO

La finalidad de los estándares es la creación de una Web universal, accesible, fácil de usar y en la que todo el mundo pueda confiar. Con estas tecnologías abiertas y de uso libre se pretende evitar la fragmentación de la Web y mejorar las infraestructuras para que se pueda evolucionar hacia una Web con la información mejor organizada.

Acceso Universal

El W3C se guía por los principios de accesibilidad, internacionalización, e independencia de dispositivo, entre otros. Esto facilita que el acceso a la Web sea posible desde cualquier lugar, en cualquier momento y utilizando cualquier dispositivo. No importa si se utiliza hardware, software, o una infraestructura de red específica. Además de las posibles restricciones técnicas, se tiene en cuenta la existencia de múltiples idiomas, las diversas localizaciones geográficas, y las diferencias culturales o tradiciones, así como las posibles limitaciones físicas, psíquicas o sensoriales de los usuarios.

La concienciación de que no todas las personas acceden a la Web de la misma forma, permite centrarse en determinados colectivos que tienen necesidades concretas, como pueden ser las personas de edad avanzada en el caso de limitaciones psíquicas, físicas o sensoriales.

El avance de las tecnologías inalámbricas, así como la gran variedad de dispositivos con acceso a la Web presentes en sectores como el de la telefonía móvil, en el de automoción (navegadores en los salpicaderos de automóviles), en los electrodomésticos (refrigeradores con pantallas táctiles) o en los televisores, fomenta la ubicuidad de la Web. Esto pone de manifiesto la necesidad de utilizar tecnologías y lenguajes unificados, libres y gratuitos, cuyo uso no esté limitado por patentes comerciales.

Una Web con significado

Tradicionalmente, se podría considerar la Web como un conjunto de documentos conexos entre sí a través de términos léxicos y sintácticos. Estos documentos están expresados en lenguaje natural y contienen contenido destinado a personas. Esto limita a las máquinas a la hora de procesar la información de forma eficiente, ya que no pueden evitar las ambigüedades del lenguaje natural. Gracias al nuevo enfoque del W3C, la Web evoluciona hacia lo que se denomina Web Semántica, una ampliación de la Web tradicional, que ofrece mecanismos para añadir significado a los recursos (documentos, imágenes, vídeos, etc.), de forma que cualquier máquina pueda interpretar los datos existentes en la Web de una forma similar a como lo hacen los humanos. La información no sólo está especificada como una serie de información textual o gráfica inconexa entre sí, sino que la Web se puede considerar como una gran base de datos organizada y estructurada teniendo en cuenta la naturaleza semántica de los elementos que la componen.

La Web Semántica fomenta una mejora en el rendimiento y eficiencia de la Web, lo que se transmite en una experiencia más satisfactoria para el usuario, el que obtendrá mayor precisión en sus búsquedas y operaciones, y podrá tener acceso a mayores cantidades de información específica y útil. De la misma forma, esta estructuración y tratamiento de los datos más preciso evitará las tareas frustrantes y difíciles, como es la búsqueda, obtención y mezcla de información desde distintas fuentes.

Confianza en la Web

La Web es un medio colaborativo, donde los usuarios interactúan creando contenidos (en wikis, blogs o foros), realizan transacciones (compras online, operaciones bancarias), o crean redes sociales (de amistad o laborales), donde se relacionan entre sí.

Estas actividades requieren que los usuarios confíen entre sí y han promovido el desarrollo de ciertas tecnologías para asegurar esta confianza: firmas digitales de documentos que fomentan la responsabilidad de las personas que se declaran autores de estos; encriptación de los datos para la confidencialidad; y mecanismos de establecimiento y declaración de las políticas de privacidad de los datos de los sitios Web.

Funcionamiento

La creación de un estándar Web requiere un proceso controlado, que consta de varias etapas que aseguran la calidad de la especificación. Este proceso permite la intervención de todos los usuarios de las tecnologías, con el objetivo de que puedan aportar su conocimiento y opiniones para la mejora de los documentos.

Tras este proceso, elaborado por especialistas en la materia, se obtienen unos estándares de calidad, y al estar disponible para todo el mundo, las especificaciones se depuran exhaustivamente antes de ser consideradas como Recomendación.

Estos estándares, están sujetos a la Política de Patentes del W3C, lo que permite que sean utilizados libremente por toda la comunidad Web. Al utilizar las mismas tecnologías, las máquinas se entienden entre sí y cualquier usuario puede interactuar con el resto.

Para ayudar a los desarrolladores que deseen utilizar sus Recomendaciones, el W3C ofrece una serie de herramientas que permiten verificar si se hace una correcta aplicación de las especificaciones. Manuales de directivas o buenas prácticas de tecnologías concretas, y los validadores sintácticos de los lenguajes, son ejemplos de estas ayudas.

Ejemplos

Durante la evolución de la Web, ha quedado patente la necesidad de disponer de estándares y existe un gran número de estos que han sentado las bases para el desarrollo de la Web y han fomentado el éxito de esta. Algunos ejemplos son: el lenguaje de etiquetado para hacer páginas Web, HTML; y XML, un lenguaje para crear estructuras de documentos.

HTML

El beneficio de la utilización de estándares se puede observar con la creación y evolución del lenguaje HTML, para la Web. En 1994, el W3C comenzó el proceso de estandarización del HTML para representar el contenido en la Web. La expansión y el número de documentos en la Web se ha visto incrementado en los últimos años de forma espectacular, hasta convertirse en una herramienta de uso cotidiano como hoy la conocemos. Esto se ha debido a la facilidad de creación de documentos y a que todos comparten el mismo lenguaje para la representación de la información. Al usar el mismo formato para el desarrollo se consigue que cualquier agente de usuario que interprete dicho lenguaje represente el documento de la Web de la misma forma. Al ser independiente de cualquier plataforma (y de cualquier fabricante) permite que cualquiera lo pueda usar, independientemente del sistema operativo, navegador, etc. Si hubiesen existido fabricantes que pretendieran imponer lenguajes alternativos al HTML, tendrían un público restringido a la cantidad de clientes que usasen su tecnología.

XML

El lenguaje XML, ampliamente utilizado para estructurar la información de documentos. El XML fue estandarizado por el W3C, que autorizó su uso libremente, convirtiéndolo en una pieza clave en la interoperabilidad de la mayoría de los sistemas de información. Muchos otros lenguajes y tecnologías están basados en XML, lo que no se habría podido conseguir si este lenguaje tuviese alguna patente comercial que restringiese su uso.

 

Arriba