Como se mencionaba en el apartado anterior, la colaboración en red impacta en el fortalecimiento de las relaciones sociales que se generan en el ciberespacio, siendo fundamental el papel de los actores para generar un aprendizaje colaborativo, sin embargo, es poco probable que puedas aprender a aprender en los escenarios digitales, que provee internet, si no colaboras en ellos. Estos escenarios te acercan a nuevos métodos de aprendizaje, que se alejan del entorno áulico y de la relación asimétrica tradicional docente-alumno.

El aprendizaje con las redes, contribuye al intercambio de los roles tradicionales e incide directamente en las actividades que se pueden llevar a cabo para el aprendizaje, sea en un entorno formal o informal, por ejemplo, en el entorno formal, a través de las redes, los docentes pueden obtener información contextualizada sobre un tópico educativo, les posibilita estar al día y transmitir la información a sus alumnos para posteriormente debatirlo en clase (Salinas, 1998) o bien para incorporar nuevas ideas a la clase (De Benito, 1999).

En consecuencia, en el entorno informal, puedes encontrar propuestas de aprendizaje de diferentes universidades a través de los MOOC, por ejemplo, si requieres conocer acerca de estrategias para generar habilidades digitales, puedes acceder gratuitamente a algún curso disponible en la red, hacerlo permite adquirir conocimientos de forma ágil e intencionada.

Sin embargo, no todo es felicidad al trabajar en red, el primer inconveniente que puedes encontrar, es que requieres de conocimientos digitales básicos y de una motivación personal por aprender, para hacer frente a la dinámica de la colaboración a través de Internet, ya que la adquisición de aprendizaje depende totalmente de la voluntad de los aprendices (Gros, 2004).