Una red social en términos generales, es una estructura formada por múltiples personas conectadas entre sí por algún tipo de interés común (Maggio, 2012). En el contexto digital, el significado de red social tiene que ver con servicios de Internet especializados en fomentar las relaciones entre las personas en un entorno impersonal.
Aunque por su propia naturaleza, Internet en sí misma es una red, cabe aclarar que los elementos que la componen son máquinas y protocolos de comunicación, solo fue hasta el advenimiento del fenómeno la Web 2.0 que estas tecnologías se trasladan hacia un fenómeno social universal, compuesto por diversas páginas y aplicaciones, se privilegia el deseo de compartir experiencias y se hace imperativo pertenecer a un grupo social 2.0.
Por lo tanto, las redes sociales son servicios que tienen como escenario Internet y que para subsistir echan mano de dispositivos y estrategias de comunicación afines a Web 2.0, que en sí mismas tienen una dimensión social. Por ello, la mayor parte de las redes sociales tienen esquemas de funcionamiento semejantes y la interfaz de usuario presenta estructuras muy parecidas, claro cada una con su apariencia propia, pero con servicios semejantes (Stiglitz y Greenwald, 2015).
En cuanto a las opciones de configuración de una red social, cada una tiene sus propios esquemas de privacidad, elementos disponibles para el perfil de usuario y estrategias de conexión con otros miembros de la red.
En general, la actividad social inicia con el registro y la creación de una cuenta, dándo paso a la creación de un perfil y la conexión con miembros con gustos similares, lo que genera el inicio a las relaciones sociales. Una vez que hayas creado una red social, podrás realizar muchas y muy variadas actividades.