5. La práctica de vivir con propósito

La práctica de vivir con propósito

 

Vivir con propósito es utilizar nuestras facultades para la consecución de las metas que hemos elegido: la meta de estudiar, de crear una familia, de organizar nuestros archivos, de ganarnos la vida, de empezar un negocio nuevo, de hacer ejercicio, de dedicarles más tiempo a nuestros hijos, pareja, amigos, padres. Son nuestras metas las que nos impulsan, las que nos exigen aplicar nuestras facultades, las que vigorizan nuestra vida.

Vivir con propósito es vivir productivamente, es una exigencia de nuestra capacidad para afrontar la vida. la productividad es el acto de conservación de la vida plasmando nuestras ideas en la realidad, fijando nuestras metas y actuando para conseguirlas, el acto de dar la vida a los conocimientos, bienes y servicios.

Como forma de actuar en el mundo, la práctica de vivir con propósito supone las siguientes cuestiones básicas:

  • Asumir la responsabilidad de plantearnos metas y propósitos de manera consciente.
  • Interesarse por identificar las acciones necesarias para conseguir nuestras metas
  • Controlar la conducta para verificar que concuerda con nuestras metas.
  • Prestar atención al resultado de nuestros actos, para averiguar si conducen a donde queremos llegar.

Vivir sin propósito es vivir a merced del azar, del acontecimiento fortuito, de la llamada telefónica fortuita, del encuentro casual, porque no tenemos una norma mediante la cual juzgar lo que vale la pena y no vale la pena hacer. Las fuerzas exteriores nos impulsan, como un corcho que flota en el agua, sin una iniciativa nuestra que fije un curso específico. Nuestra orientación hacia la vida es reactiva en vez de proactiva. Vamos a la deriva.

 

 

Vivir con propósito